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ROSARIO DE LOS SIETE PRIVILEGIOS DE LA VIRGEN MARÍA

INTRODUCCIÓN

El Concilio Vaticano II enseña que las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios han de tender a honrar a nuestra Madre y a conseguir su intercesión poderosa. El Concilio así mismo explica cuál debe ser la verdadera devoción a la Virgen María: no un afecto estéril y pasajero, ni una vana credulidad, sino que la recta devoción a Santa María necesita de una fe viva, que lleve al amor y se traduzca en imitación.

El Rosario de los Siete Privilegios de la Santísima Virgen María es un rezo de alabanza a nuestra Madre por las grandezas que Dios obró en Ella y por las cuales fue bendita y distinguida entre todas las mujeres; y a la vez un acto de reparación por el desamor y desprecio de que muchos la hacen objeto.

Muchas personas la aman y veneran, pero la mayoría desconocen estos siete Privilegios, de los cuáles cuatro están proclamados como dogmas por la Iglesia, es decir, verdades de fe fundamentadas en la Palabra de Dios.

Consideramos un acto de justicia para con nuestra Madre propagar estos Privilegios y dar a conocer las maravillas realizadas por Dios en María Santísima, para que cada día sea más conocida y amada por todos sus hijos.

Obra de Amor, como promotora de esta devoción, se compromete a tener a diario en sus oraciones a las personas que hagan el compromiso de rezar cada sábado este rosario de alabanza a María; el compromiso sería por un año, y cumplido este tiempo, nos comunicaríamos con el fin de saber si quieren renovarlo por otro año, y así sucesivamente.

Estas personas formarían parte de un grupo llamado LAUDATE MARIAM y se les agregaría a la lista de integrantes, para lo cual tendrían que enviarnos por medio de un e-mail su nombre y apellidos y el nombre del lugar donde viven.

CÓMO REZARLO

El rosario consta de siete grupos de siete cuentas cada uno, que corresponden a cada uno de los Privilegios, y entre estos siete grupos una cuenta intermedia. En el tramo final del rosario hay otras cinco cuentas y finalmente una medalla de la Santísima Virgen.

Comenzamos santiguándonos y a continuación hacemos el ofrecimiento, la petición por la cual vamos a rezar y el Acto de amor y consagración.

Después se rezan las oraciones que vienen a continuación, correspondientes a los siete Privilegios.

Cada uno de los siete privilegios consta de tres pequeñas invocaciones con sus respectivas respuestas. La primera invocación –que corresponde a la cuenta intermedia – se dice una sola vez. Esta invocación nos da a conocer la esencia del Privilegio que estamos rezando. La segunda invocación contiene una petición a nuestra Madre, que se repite siete veces; y finalmente la tercera es una alabanza a la Trinidad por enriquecerla con estas preciosas joyas que son sus Privilegios. Esta última invocación corresponde a la siguiente cuenta intermedia.

Las cinco cuentas finales corresponden: la primera a la oración final, las otras tres a la invocación “Honor, alabanza y amor a Santa María” repetida tres veces; y la última a la jaculatoria final “Ave María purísima”. Y terminamos besando con devoción la medalla que lleva el rosario.